lunes, 27 de octubre de 2014

Días para guardar




Hay días para olvidar -que, sin embargo, no olvidas-: aquel en que te dijeron que a un ser querido le queda poco tiempo de vida, cuando te enteras de la traición de un amigo, cuando tuviste un dolor, también del cuerpo, y te encuentras indefenso, cuando te suspenden (injustamente, por supuesto) de Hogar y Labores en el Bachillerato...

lunes, 20 de octubre de 2014

Perplejidad en el Convento



La perplejidad puede tener varios matices: asombro, extrañeza, desconcierto, sorpresa, confusión, incertidumbre... Este sábado todos ellos se me mezclaron al hacer una visita con el grupo "Lo que las Piedras cuentan" al Convento de clausura de las Claras de La Laguna.

lunes, 13 de octubre de 2014

Estar de morros




Es una verdad mundialmente reconocida que yo no me enfado (casi) nunca. Y que, si lo hago, se me pasa enseguida. Incluso mi marido, que vive conmigo y aguanta mis despistes y majaderías (y se enfada), admite ante todo dios que tengo mejor carácter que él. Aunque sigue rezongando, después, que con mi "fue sin querer" lo quiero arreglar todo.

lunes, 6 de octubre de 2014

La casa en la que durmió Mozart




En Austria, en donde estuve la semana pasada, te puedes sentir como Heidi, si subes hasta los pueblitos de los lagos alpinos, con sus praderas verdes, sus vaquitas y sus montañas, ahora ya coronadas de nieve. Te puedes sentir como Sissi, si te tomas un café en la terraza del palacio Fuschl -el Possenhofen de la película- en una mañana radiante sobre el lago. Te puedes sentir Fräulein María, la protagonista de "Sonrisas y lágrimas", si paseas por Salzburgo, donde hasta puedes imaginar –ya mi hijo me advirtió de que tuviera cuidado– que te cae un niño de los árboles al compás del horriblemente mal traducido "Do es trato de varón". Pero por encima de todo, en Austria lo que te sientes de verdad  es un espectador de un gigantesco espectáculo musical.

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