Una como ésta gobernaba en mi casa |
En mi casa, cuando yo era chica, aparte de mis padres, mis hermanos, mi primo, mi abuela y yo, vivía con nosotros una pariente (o, por lo menos, la considerábamos tan parte de la familia como cualquiera de nosotros). Esta se ponía a hablar de todo lo que se le ocurriera apenas nos levantábamos, nos acompañaba en desayunos, almuerzos y cenas, y no paraba hasta que el último de nosotros se acostara por la noche. Lo curioso es que, en vez de considerarla una plasta insufrible, todos la amábamos con lealtad. Esa pariente, omnipresente y locuaz, era La Radio.